Tras un capítulo en el que veíamos el pasado de Ribe, el demonio que habita en el grimorio de Asta, este capítulo comienza mostrando la ira de Ribe. Asta se percata del odio y malicia que habitan en el ki del demonio viendo que él también tiene una razón de peso para luchar contra sus congéneres, por lo que le dice que tomará su poder y les ganará.
Ante estas declaraciones, Ribe no cabe en su rabia y se lanza al ataque, usando el espadón para atacar a Asta, quien consigue esquivar los ataques y contraatacar con un fuerte puñetazo al demonio, declarando que incluso con ese cuerpo conseguirá la victoria.
Dicho ataque, como era de esperar, no es suficiente y Ribe decide sacar el resto de armas del grimorio, entre ellas la katana de Yami, la cuál consigue atrapar Asta y da comienzo el siguiente round entre ambos, con el joven mago esquivando y evitando el baile de ataques que le lanza Ribe.
Ribe prosigue con sus ataques mientras intenta hacer que Asta se rinda, achacando a que aunque su nivel físico es enorme tiene un límite, y solo con eso no podrá superar nunca a los demonios de rango superior. Con esto dicho vemos otro flashback, en el que explica como se sintió por tantos años flotando en el vacío dentro del grimorio, odiando y maldiciendo a aquellos que le separaron de su madre.
Todo este ciclo de odio terminó en la aparición del poder de Ribe: la anti-magia. Pero aún así no era capaz de escapar del grimorio, hasta que el grimorio eligió a un humano, abriéndose su oportunidad.
Pero Asta no quiere perder tampoco, y tras coger aire, comienza a adelantarse a los movimientos de su rival, previendo sus ataques y leyendo su ki, demostrando que aunque su cuerpo pueda llegar a un límite debido al entrenamiento, en esta batalla donde la magia no importa sino la habilidad con la espada, Asta cuenta con mayor experiencia al haber enfrentado a rivales mucho más poderosos, consiguiendo finalmente ante la desesperación de Ribe darle el golpe final con el que termina el capítulo.
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