Como vimos en el último capítulo, Denji con su nueva forma derrotó al Demonio del Infierno de un solo ataque. De este solo queda su cabeza, a la cual un superviviente de los cazadores de demonio le da su sangre, instándole al demonio que podrá morir una vez haya terminado su trabajo, para acto seguido aparecer una puerta en mitad del cielo de la cual sale una mano de proporciones gigantescas que agarra a Denji y lo lleva al infierno.
Makima en primera instancia se lamenta de esto y provoca a Kishibe para que la dispare, no sin antes contarle que tiene un contrato con el primer ministro, el cual reza que cualquier daño que ella reciba hará que automáticamente un ciudadano japonés tenga un accidente o daño.
Estas palabras no parecen tener efecto alguno en Kishibe quien sigue apuntando a Makima sin miramientos, cosa que sorprende a la demonio del control, preguntándole el por qué no baja el arma sabiendo eso. El cazador, lejos de responder, le pregunta por qué motivo sigue tan confiada si su demonio fue arrojado al infierno.
Sin cambio alguno en su rostro, Makima se ciñe a responder que ella pidió la ayuda del motosierra, lo que hará que vuelva a su lado sin importar qué.
Tras esta declaración un confundido Kishibe le pregunta quien es ella realmente, una pregunta que en un primer momento deja pensativa a la demonio, pero que finalmente no duda en responder que es una especia de fan del demonio motosierra, porque según ella, el Demonio Motosierra es el héroe del infierno.
¿El motivo? Pues que el demonio motosierra irá allá donde los gritos de auxilio le lleven, enfrentándose a cualquier demonio haciéndoles llorar con sus motosierras, incluso a aquellos que le pidieron ayuda.
Rasgando y desgarrando una y otra vez junto al grito de sus motores, él siempre volverá a levantarse. Quienes le enfrenten se enfurecerán, otros huirán despavoridos y otros terminarán adorándolo.
Pero a parte de todo esto, hay una cosa que hace que todos los demonios teman al motosierra. Ese motivo es que el demonio que sea comido por él, dejará de existir para siempre y su nombre cesará de la historia.
Kishibe, aterrorizado por ese poder, pregunta cómo es posible que algo así exista, a lo que Makima se limita a responder que naturalmente es algo que no puede ser percibido. Una vez el nombre es consumido, este deja de existir en pasado y presente, al igual que todas las memorias que se tienen de él. Esto se refuta con una simple pregunta de Makima: "¿Tienes algún recuerdo de lo que le hicieron los Nazis a los Judíos?", una pregunta a la que Kishibe simplemente puede responder: ¿Nazi?
"Nazis", "Síndrome de Colon", "Armas nucleares", entre otros, fueron nombres que en su momento infundían el miedo en la sociedad, pero que dejaron de existir para todo el mundo, exceptuando para ella, relata Makima. Todos y cada uno de ellos fueron devorados por el demonio motosierra y ella recuerda a cada uno de sus demonios y su lucha contra motosierra.
El cazador de demonios, atónito, le pregunta que pretende hacer con ese poder, a lo que Makima responde que su poder de control funciona solo en aquellos que creen ser inferiores a ella, por lo que si lucha contra el motosierra y le gana, conseguirá su poder y con el creará un mundo mejor, eliminando el hambre, la muerte y la guerra, entre otros, convirtiendo el mundo en un lugar mejor. Y es por todo esto, por lo que ella se declara fan del motosierra.
Finalmente, tras esta conversación entre ambos, Makima exclama que su conversación lamentablemente llegó a su fin, pues el motosierra está de vuelta, a la vez que la puerta que en un principio se llevó a Denji, vuelve a abrirse, dejándole caer junto a una oleada de vísceras y sangre, volviendo junto a la que le pidió ayuda.
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