Aún con el recuerdo de la muerte de Nanami en mente, da comienzo la batalla entre Itadori y Mahito. La maldición toma la delantera en los primeros compases de la batalla, en las que ataca al joven mago de manera progresiva, con ataques cada vez más potentes.
Gracias a su agilidad y buenos reflejos, Itadori consigue esquivar todos los ataques de la maldición, pero esto no era más que una distracción por parte de Mahito para poder preparar un ataque aún más poderoso: Alma Superpesada, la cual consiste en la fusión de dos almas, que al entrar en rechazo Mahito aprovecha esa energía para atacar a Itadori, dando como resultado un ataque de grandes proporciones y potente, que aún así, Itadori consigue detener.
Ya que Itadori detuvo el ataque con sus manos queda expuesto a un ataque de Mahito. La maldición lo sabe y aprovecha esta apertura para aparecer desde el interior de su propio ataque para golpear a Itadori. Aún así, gracias al terreno el ataque no es del todo efectivo, provocando solo un corte en el rostro del mago.
Tras este inicial intercambio de golpes llega la pausa en el combate e Itadori pregunta a Mahito como puede jugar de esa manera con la vida de todo el mundo, a lo que Mahito con cara de gozo responde si preferiría que los matase simulando preocupación. Mahito continúa con su monólogo, indicándole a Itadori que son iguales y que mientras no le acepte a él (entiéndase al Sukuna) no podrá vencerlo.
Estas palabras lejos de afectarle de manera negativa, hacen que Itadori recuerde las palabras de Nanami, consiguiendo que su motivación por demostrar que es un mago crezcan, preparándolo para continuar con la batalla.
Ambos se preparan, y Mahito antes de lanzarse a la contienda recuerda que su conjuro, Mutación Inactiva no funciona con Itadori, por lo que tendrá que buscar un lugar donde poder activar su transformación sin riesgo a que Itadori le tome la delantera. Por ello, llega a la conclusión de que lo mejor es usar su fuerza al máximo con poder mágico puro para perforar el corazón del mago.
Mahito lanza su ataque, que es capaz de cortar el aire, pero en ese momento Itadori desaparece de la vista de la maldición.
¿El motivo? La postura de Itadori era Hizanuki, una antigua postura de artes marciales que elimina los movimientos preliminares. Gracias a esto Itadori se agachó alineando su cintura con sus hombros, a los pies de Mahito, donde sin perder el flujo de la fuerza y movimiento, contraatacó a la maldición con una patada Manji (un movimiento de Taidou).
A este ataque le siguieron una sucesión de golpes, y aunque todos conectaron con su objetivo, Mahito consiguió seguir en pie, listo para continuar la batalla.
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