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#Análisis | ¿Por qué no funciona la Cuarta Guerra Ninja?


Muchos de nosotros recordamos Naruto con excesivo cariño, las aventuras del joven ninja nos acompañaron durante muchos años. Su historia, su música (reconozcamos, aún se nos empañan los ojos cuando suena Sadness and Sorrow), y sus personajes. Seguramente fueron la primera toma de contacto de muchos de nosotros con el anime y el manga.

Pero no podemos mentirnos, y a pesar de que es una de las obras cumbre y mas populares, la ficción de Masashi Kishimoto no es perfecta (y en realidad no lo necesita), es por ello que hoy vamos a analizar uno de los arcos mas polémicos y que da el broche a la saga, La Cuarta Guerra Ninja.

 

Naruto Uzumaki es un joven ninja de Konoha, el cual tiene sellado en su interior al poderoso Kyubi, una de las nueve bestias legendarias hechas de chakra. Por esa razón la gente de la aldea lo ve como una amenaza y siempre lo han rechazado. El sueño de Naruto es convertirse en Hokage, el rango más alto de la Aldea y finalmente ser aceptado por todos.


Tras conseguir graduarse en la academia ninja con dificultades, es asignado en el equipo 7 junto a sus compañeros Sasuke Uchiha y Sakura Haruno, y liderados por Hatake Kakashi.

Luego de compartir diversas aventuras juntos, Sasuke decide abandonar la aldea para ser entrenado por el peligroso y legendario Sanin Orochimaru, todo ello con el fin de vengarse de su hermano Itachi Uchiha, el cual asesinó a todo su clan cuando Sasuke era un niño. Naruto trata de detenerlo pero falla, suceso tras el cual nuestro protagonista también decide entrenar al lado de otro de los ninjas legendarios, Jiraiya, para traer de vuelta a su amigo.

Todo ello ocurre en el foco de la acción, pero tras la historia principal, un grupo llamado Akatsuki, conformado por los criminales mas peligrosos y liderados por un misterioso personaje trata en las sombras de reunir el poder de las nueve bestias (Bijus) o de sus portadores (Jinchurikis).

Tras un lapsus de mas de dos años Naruto reaparece en la aldea y junto a sus compañeros trataran de encontrar el paradero de Sasuke, el cual sigue obsesionado con la venganza. Ambos siguen avanzando para lograr sus metas y sus caminos chocan contra el grupo denominado Akatsuki. Tras superar infinidad de adversidades, se descubre que el verdadero objetivo de Akatsuki es reunir el Chakra de todos los Bijus para despertar al 10 Colas y sumir el mundo en la oscuridad. Y es en ese punto, que las diferentes aldeas Shinobi deciden aunar sus fuerzas para deterner los malévolos planes de la organización en la posteriormente conocida como La Cuarta Guerra Ninja


A priori, llegábamos al cierre de una historia que había durado años, en el que los engranajes habían girado desembocando en la union de todos nuestros protagonistas con un objetivo común, un trasfondo con los Bijus que nos habían ido mostrando desde el principio de la serie y que tendría consecuencias de enormes dimensiones, y un villano que había movido los hilos desde las sombras desde antes de que empezara la obra. En total, una serie de ingredientes que podrían haber supuesto un cierre de oro para uno de los pilares de la Shonen Jump. Pero nada mas lejos de la realidad, puesto que esta saga supuso un quiero y no puedo marcada por muchos fallos que trataremos de desglosar:

 

- Personajes secundarios: En primer lugar, se les da demasiada importancia a personajes con poco o nulo trasfondo, lo cual solo sirve para alargar la trama de manera innecesaria y su aportación a la historia es ínfima. Momentos tales como el enfrentamiento entre los 7 Espadachines de la Niebla y la división de Kakashi, o Hanzo contra Mifune, etc.. son encuentros sin apenas profundidad, que estiran innecesariamente la obra y que terminan resultando tediosos.

Y el verdadero problema es que todos estos momentos de personajes sin apenas relevancia en la historia, hacen que muchos otros con más trasfondo como Hinata o Lee, sean relegados prácticamente al olvido. Aunque este problema ya ocurre durante gran parte de Shippuden, y es que salvo unos pocos casos (Shikamaru por ejemplo), el resto de secundarios que nos habían presentado y desarrollado durante la primera parte de la obra, apenas si tienen relevancia tras el time skip.

 

- Villanos: esta es otra de las claras faltas que comete Kishimoto llegados a este punto de la obra, y es que tras la revelación de que Obito había movido los hilos todo el tiempo en busca de venganza por la vida que había perdido, de golpe y plumazo nos encontramos con que el verdadero cerebro tras todo esto no es ni mas ni menos que Madara Uchiha, un personaje que si bien tiene un gran diseño y un buen trasfondo, inspira cierta sensación de repetición. Y es que no es la primera vez (ni seria la ultima), que el supuesto líder de la organización había estado oculto entre las sombras, y es que en primera instancia, Nagato era un "títere" controlado en secreto por Obito, el cual, a su vez seria controlado por Madara. De acuerdo, la primera vez que descubrimos que el nombrado Pain no era el autentico cabecilla del plan, resultó sorprendente, pero al usar este recurso de nuevo pierde el sentido y nos hace recrear el Día de la Marmota, viviendo la misma situación sin fin.

Y es que todo este entramado no termina ahí, puesto que el propio Madara no era mas que otro peón de un ente superior a todos ellos, y es ahí cuando Kaguya Otsuki

hace su aparición.

Para ese entonces ya la revelación de que otra persona controlaba al que parecía el verdadero antagonista estaba exenta de sorpresa, pero es que el recurso de Kaguya se sintió vacío, y la revelación de que tanto Naruto como Sasuke eran reencarnaciones destinadas a frenarlas fue un recurso Deux Ex Machina.

 

- La trama: a priori, Kishimoto nos había conducido a la convergencia de todas las piezas de su tablero. Sin embargo, una vez llegado el enfrentamiento final, se sintió vacío. Y es que alargar la historia innecesariamente, o traer antiguos personajes con el fin de dar un aire nostálgico a la situación son algunas de las fallas principales de la acción.

Otro de los puntos que no favorece a la trama es como juega con la personalidad de los personajes, y es que llegados a este punto, daba igual el trasfondo que estos tuvieran, simplemente pasaban de villanos a héroes porque el guion así lo requiere.

 

- El Ritmo: otro de los puntos débiles de esta saga, y es que en lugar de presentar un ritmo acorde a cada situación, la saga se siente lenta y muchas veces incluso pesada. Gran parte de la culpa decide en que cada enfrentamiento o encuentro, se estira hasta la saciedad, como si dedicarle un numero limitado a personajes que ya hubiesen cerrado su ciclo en la obra fuera un crimen. Sin contar que cada vez que la batalla parecía llegar a su fin, esta daba un nuevo giro, cada uno de ellos menos sorprendente que el anterior.

 

En conclusión, el cierre a la obra más popular de Kishimoto no cumplió con las expectativas. Falta de ritmo, agujeros de guion o el mal uso de sus personajes son algunos de los fallos que este arco nos presentó.


Ahora bien, esto no ensombrece lo que Naruto supuso, tanto para la Shonnen Jump como para los innumerables fans de sus aventuras. Pues cierto, no es una obra ni mucho menos perfecta, pero consiguió que conectáramos con ella, que nos sintiéramos parte de la misma, que incluso años después de su final sigamos debatiendo sobre ella. Y realmente eso es lo importante.

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